martes, 11 de noviembre de 2008
Bibliografía
http://diabetes.niddk.nih.gov/spanish/pubs/complications_eyes/index.htm
http://www.diabetes.org/espanol/todo-sobre-la-diabetes/complicaciones-vista.jsp
http://diabetes.niddk.nih.gov/spanish/pubs/complications_eyes/index.htm
http://www.diabetes.org/espanol/diabetes-tipo-2/cuidado-ojos.jsp
http://www.nei.nih.gov/health/espanol/retinopatia.asp
Centro de Salud el Torrejón
Noticias
1) PRIMERA CAUSA DE PÉRDIDA DE VISIÓN EN PAÍSES OCCIDENTALES
Retinopatía, la ceguera de la diabetes
Actualizado jueves 25/01/2007 15:23 (CET)
MARÍA VALERIO (elmundo.es)
MADRID.- La retinopatía diabética es una de las complicaciones más frecuentes que sufren los pacientes con diabetes y la segunda causa de ceguera en los países occidentales. El riesgo de que aparezca aumenta en las personas que más años llevan viviendo con su enfermedad, por lo que los especialistas insisten en la importancia de las revisiones periódicas.
2) Un analgésico podría evitar el daño retinal asociado con la diabetes
Un estudio concluye que los efectos de pentazocina en la salud ocular son espectaculares Robert PreidtMiércoles, 24 de septiembre, 2008
MIÉRCOLES, 24 de octubre (HealthDay News/Dr. Tango) -- El analgésico pentazocina podría ayudar a prevenir el daño retinal asociado con la diabetes que conduce a la pérdida de visión, de acuerdo con investigadores del Colegio médico de Georgia.
"Los efectos de este medicamento en la salud de la retina son espectaculares", aseguró en un comunicado de prensa del colegio la Dra. Sylvia Smith, bióloga en células retinales y codirectora del Vision Discovery Institute de la Facultad de medicina del MCG.
Para el estudio, comparó las retinas de ratones diabéticos tratados con pentazocina con las de los ratones que no recibieron el medicamento, y encontró diferencias dramáticas. Los hallazgos sugieren que el medicamento y los compuestos relacionados que se unen al receptor sigma en el ojo pueden ayudar a tratar dos causas principales de pérdida de visión, la retinopatía diabética y el glaucoma.
El estudio aparece en la edición de septiembre de la revista Investigative Ophthalmology & Visual Science.
La adhesión de la pentazocina a los receptores sigma no afectó los niveles de insulina en ratones diabéticos.
"Aunque (el medicamento) no resuelve el problema de la diabetes, nuestros hallazgos sugieren que el hecho de que una persona sea hiperglucémica no significa que tendrá retinopatía diabética", enfatizó Smith.
Tanto ella como su equipo colaboran con otros investigadores del MCG para crear ratones sin el receptor sigma a fin de aprender más sobre el papel del receptor y si el tratamiento regular con pentazocina resultará efectivo en ratones con otros tipos de enfermedad retinal.
Artículo por HealthDay, traducido por HispanicareHealthDay
Retinografia
La diabetes afecta al cuerpo humano de muy distintas maneras. Una de ellas son los cambios que pueden producirse en los vasos sanguíneos incluidos los de la retina del ojo.
El proceso parece inofensivo y los cambios son en un principio, asintomáticos, la agudeza visual sigue siendo normal. gradualmente, la macula lùtea ( mancha amarilla de la retina) puede verse afectada, pueden producirse hemorragias en el cuerpo vitreo y puede derivar en deterioro visual y en ocasiones , en ceguera.
RETINOPATIA DIABETICA
La Retinopatía diabética es un término amplio que se utiliza para designar los cambios que pueden producirse en la retina en caso de diabetes.
Entre el 35 % y el 65 % de todos los diabéticos presentan algún tipo de cambio en la retina y entre unos 10 % y 35 % de dichos pacientes corren el riesgo de sufrir daño visual.
La retina consta de un gran número de pequeños vasos sanguíneos (capilares) además de células sensibles a la luz.
Como resultado de unos elevados niveles de azúcar en sangre, las paredes vasculares se debilitan y surgen pequeños bultos (aneurismas) en los vasos.
En ocasiones se pueden romper y verter material sanguíneo a la retina (hemorragia) o depósitos de lipoproteínas (exudados duros). También pueden producirse obstrucciones capilares (microinfartos). Esto daña el flujo sanguíneo y provoca falta de O2 en la retina.
La hemorragia que tiene lugar en el cuerpo vitreo o delante de la retina provoca un rápido daño visual.
En ocasiones las hemorragias pueden provocar cicatrices en la retina, que corre el riesgo de partirse, causando en el peor de los casos, ceguera.
FACTORES DE RIESGO
• Duración de la enfermedad (desde cuando padece el paciente la enfermedad)
• Control insatisfactorio de los niveles de azúcar en sangre
• Hipertensión arterial
• Niveles anómalos de grasa en sangre
• Cambios hormonales.
RETINOGRAFIA
No es más que una fotografía a color de la retina sin necesidad de inyectar ningún medio de contraste. (Fotografía del fondo del ojo)
Lo que intentamos conseguir con la Retinografía es detectar estos cambios a tiempo antes de que los síntomas comiencen a manifestarse. Esto resulta particularmente importante, ya que la agudeza visual de un ojo dañado no siempre puede restablecerse; lo mas frecuente es que solo sea posible ralentizar el curso de la afección.
DESCRIPCION DEL PROCEDIMIENTO.
Una vez informado el paciente de la exploración que se le va a efectuar y haya firmado el consentimiento informado, se le administran gotas oftálmicas (TROPICAMIDA 1%) para que se dilaten las pupilas, cuando estas está lo suficientemente dilatadas se realizan varias fotos (3) de la retina de cada ojo mediante una cámara de foto especialmente diseñada.
La dilatación de las pupilas dura varias horas y en algunos casos hasta el día siguiente, por lo que se le recomienda no conducir y utilizar gafas de sol para evitar la incomodidad de los deslumbramientos por la luz intensa.
Prevención
PREVENCIÓN
El cuidado de los ojos
Hay cinco pasos que se puede seguir para evitar problemas en la vista.
El primer paso, y el más importante, es mantener sus niveles de azúcar en la sangre bajo un control riguroso. En el Ensayo sobre el Control y las Complicaciones de la Diabetes (Diabetes Control and Complications Trial, DCCT), las personas que realizaban un tratamiento para la diabetes estándar desarrollaron retinopatía en un porcentaje cuatro veces mayor que las personas que mantuvieron sus niveles de azúcar en la sangre cerca de valores normales. En las personas que ya tenían retinopatía, la afección sólo empeoró en un 50 % menos de casos en el grupo de control riguroso de la diabetes. Esos excelentes resultados demuestran que usted tiene un gran control sobre lo que le sucede a sus ojos. Además, los niveles altos de azúcar en la sangre pueden provocar que usted vea borroso temporalmente.
El segundo paso es mantener su presión arterial alta bajo control. La presión alta puede agravar los problemas en la vista.
En tercer lugar, deje de fumar.
En cuarto lugar, visite a su médico especialista de ojos por lo menos una vez por año para que le haga un examen de fondo de ojos. No es suficiente que su médico de cabecera revise sus ojos. Tampoco basta con que un oculista revise su prescripción para los anteojos. Los únicos que pueden detectar los signos de la retinopatía son los optometristas y los oftalmólogos. Y sólo los oftalmólogos pueden tratar la retinopatía.
En quinto lugar, consulte con un especialista de ojos si:
-su visión se vuelve borrosa
-tiene dificultades para leer carteles o libros
-ve doble
-le duelen uno o ambos ojos
-sus ojos se enrojecen y permanecen así
-siente presión en los ojos
-ve puntos o manchas flotantes
-las líneas rectas no parecen rectas
-no puede ver objetos ubicados a los costados como veía anteriormente.
Consulta a un oculista
Si tiene entre 10 y 29 años y padece diabetes desde hace al menos cinco años, debe realizarse un examen de fondo de ojos una vez por año.
Si tiene 30 años o más, debe hacerse un examen de fondo de ojos una vez por año, independientemente de cuánto tiempo haga que comenzó su diabetes. Si padece enfermedades oculares, quizá sea necesario que se someta a exámenes con más frecuencia.
Si presenta cualquier tipo de cambios en su visión.
Tratamiento de la Retinopatía Diabética
Durante las tres primeras etapas de la retinopatía diabética no se necesita un tratamiento, a menos que tenga edema macular. Para prevenir el progreso de la retinopatía diabética, las personas con diabetes deben controlar los niveles de azúcar en la sangre, la presión arterial y el colesterol.
La retinopatía proliferativa se trata con cirugía láser. Este procedimiento se llama fotocoagulación retiniana. Este tratamiento ayuda a reducir los vasos sanguíneos anormales. El oculista le hará entre mil y dos mil quemaduras con láser en las áreas de la retina lejos de la mácula, haciendo que se achiquen los vasos sanguíneos anormales. Debido a que es necesario realizar muchas quemaduras con láser, usualmente se necesitan dos sesiones o más para completar el tratamiento. Aunque se puede notar que ha perdido alguna de su visión lateral, la fotocoagulación retiniana puede preservarle el resto de su visión. Este tratamiento puede reducirle un poco su visión de color y su visión de noche.
El tratamiento de fotocoagulación retiniana funciona mejor antes de que los nuevos y frágiles vasos sanguíneos empiecen a sangrar. Por eso es muy importante hacerse regularmente un examen completo de la vista con dilatación de las pupilas. Aún cuando ya haya empezado a sangrar, es posible que todavía se pueda hacer el tratamiento de fotocoagulación retiniana, dependiendo en la cantidad de la hemorragia.
Si la hemorragia es severa, puede necesitar un procedimiento quirúrgico llamado vitrectomía . Durante una vitrectomía, se quita la sangre del centro de su ojo.
Pruebas de Deteccion
PRUEBAS DE DETECCIÓN
El edema macular y la retinopatía diabética se detectan al hacerse un examen completo de la vista que incluye:
Prueba de agudeza visual. En esta prueba se usa una tabla optométrica para medir su vista a diferentes distancias.
Examen con dilatación de las pupilas. Para dilatar o agrandar las pupilas, el oculista le pondrá unas gotas en los ojos. El oculista mira a través de un lente de aumento especial para examinar la retina y el nervio óptico para ver si hay señales de daño u otros problemas de los ojos. Después del examen, su visión de cerca podrá permanecer borrosa por varias horas.
Tonometría. Se utiliza un instrumento para medir la presión del ojo. Para esta prueba, el oculista puede ponerle unas gotas para adormecer sus ojos.
Retinografia.
Su oculista le examinará su retina para ver si hay señales de la enfermedad, incluyendo:
Vasos sanguíneos que gotean.
Inflamación de la retina (edema macular).
Depósitos pálidos y grasosos en la retina, que son señales de que los vasos sanguíneos están goteando.
Tejido del nervio dañado.
Cualquier cambio a los vasos sanguíneos.
Si su oculista cree que usted necesita un tratamiento para el edema macular, le puede sugerir una angiografía fluoresceínica. En este examen, le inyectan un colorante especial en el brazo y le toman unas fotografías cuando el tinte está pasando por los vasos sanguíneos de la retina. Este examen permite a su oculista identificar cualquier goteo de los vasos sanguíneos y recomendar un tratamiento.
Fisiopatologia del Ojo
El daño en la retina ocurre lentamente. La retina tiene vasos sanguíneos muy pequeños que se dañan con facilidad. Cuando una persona tiene niveles altos de glucosa en la sangre y presión arterial alta durante mucho tiempo, esto puede causar daño en los vasitos sanguíneos de la retina.
Primero, los vasitos sanguíneos se hinchan y se debilitan. Algunos vasos sanguíneos se tapan y no dejan pasar una cantidad suficiente de sangre. Al principio estos cambios tal vez no causen pérdida de la vista. Por eso debe hacerse un examen de los ojos con dilatación de las pupilas una vez al año incluso si no tiene problemas de la vista.
Es posible que un ojo esté más dañado que el otro. También es posible que ambos ojos sufran el mismo daño.
La retinopatía diabética es el término médico que se usa para el problema de los ojos que ocurre con más frecuencia a causa de la diabetes.
A medida que empeoran los problemas de la retina causados por la diabetes, se forman nuevos vasos sanguíneos. Estos nuevos vasos sanguíneos son débiles. Se rompen con facilidad y la sangre que se derrama entra en el humor vítreo. Esa sangre impide que la luz llegue a la retina.
Es posible que vea manchas flotantes o casi oscuridad total. En algunos casos, la sangre se elimina sola. Pero es posible que se necesite una cirugía para eliminarla.
A lo largo de los años, los vasos sanguíneos débiles e hinchados pueden formar tejido cicatrizal y hacer que la retina se desprenda de la parte posterior del ojo. Si la retina se desprende, tal vez vea manchas flotantes o luces centelleantes.
Quizá le parezca como si alguien hubiera bajado una cortina sobre parte de lo que usted está viendo. Si no se atiende inmediatamente, una retina que se ha desprendido puede causar pérdida parcial de la vista o ceguera.
¿Cómo se sabe si hay daño en la retina causado por la diabetes?
Puede que no se presente ningún signo del daño en la retina causado por la diabetes, o tal vez presente uno o más de los siguientes signos:
· visión borrosa o doble
· anillos, luces centelleantes o puntos ciegos
· manchas oscuras o flotantes
· dolor o presión en uno o ambos ojos
· dificultad para ver las cosas en los extremos del campo visual
Complicaciones en la Vista
Las personas con diabetes tienen un riesgo mayor de quedar ciegas que las personas que no tienen diabetes.
Pero la mayoría de las personas que sufren de diabetes sólo padecen afecciones oculares menores. Depende de la persona que un problema menor no se convierta en una más serio. Y, en el caso de que desarrolle un problema serio, existen tratamientos que a menudo ofrecen resultados satisfactorios si decide comenzarlos de inmediato.
1. Glaucoma
Las personas con diabetes tienen un 40% más de probabilidades de padecer de glaucoma que las personas que no sufren de diabetes. Cuanto mayor es el tiempo en que una persona sufre de diabetes, mayores son las probabilidades de que desarrolle glaucoma. Además, el riesgo aumenta con la edad.
El glaucoma aparece cuando se acumula presión en el ojo. En la mayoría de los casos, la presión provoca que el drenaje del humor acuoso se torne más lento y, como consecuencia, se acumula en la cámara anterior. La presión comprime los vasos sanguíneos que transportan sangre hacia la retina y el nervio óptico. Como consecuencia del daño producido en la retina y el nervio, se produce una pérdida gradual de la visión.
Existen varios tratamientos para el glaucoma. En algunos de ellos, se utilizan medicamentos para reducir la presión en el ojo y, en otros, se recurre a la intervención quirúrgica.
2. Cataratas
Muchas personas que no padecen de diabetes sufren de cataratas, pero las personas con diabetes tienen un 60% más de probabilidades de desarrollar esa afección ocular. Las personas con diabetes también tienen tendencia a desarrollar cataratas cuando son más jóvenes y la evolución de la enfermedad es más rápida. Cuando una persona padece de cataratas, el cristalino transparente del ojo se opaca, lo cual impide el paso de la luz.
Para poder sobrellevar un caso de cataratas leve, quizás deba usar lentes para el sol con mayor frecuencia y agregar a sus anteojos lentes con control de brillo. Para los casos de cataratas que interfieren en gran medida con la visión, con frecuencia los médicos extraen el cristalino del ojo. A veces, se somete al paciente a un trasplante de cristalino. En los casos de personas con diabetes, la retinopatía puede empeorar después de la extracción del cristalino y es posible que comience a desarrollarse glaucoma.
3. Retinopatía
La retinopatía diabética es un término general que se utiliza para todos los casos de afecciones de la retina provocadas por la diabetes. Existen dos clases principales de retinopatía: no proliferativa y proliferativa.
La retinopatía no proliferativa:
Es la forma leve y común. Por lo general, no produce efecto alguno sobre la visión y no requiere tratamiento. Pero una vez diagnosticada, debe controlarse con un oftalmólogo por lo menos una vez al año para asegurarse de que no empeora. En la retinopatía no proliferativa, los capilares se hinchan y forman bolsas. Si bien por lo general la retinopatía no produce pérdida de visión alguna en esta etapa, es posible que las paredes de los capilares pierdan la capacidad de controlar el pasaje de sustancias entre la sangre y la retina. Como resultado de ello, la retina se inflama y se forman capas adiposas en el interior de la retina. Si esa inflamación afecta el centro de la retina, el problema se denomina edema macular y, por consiguiente, puede haber pérdida de la visión.
Retinopatía proliferativa:
En algunas personas, la retinopatía evoluciona después de algunos años y se transforma en esta afección más seria. En esa forma de retinopatía, los vasos sanguíneos están tan dañados que se cierran. Por ende, comienzan a formarse nuevos vasos sanguíneos en la retina. Esos nuevos vasos son débiles y pueden perder sangre, lo que impide la visión. Esa afección se denomina hemorragia vítrea. Los nuevos vasos sanguíneos también pueden provocar el crecimiento de tejido dañado. Cuando el tejido dañado se encoge, puede deformar la retina o sacarla de su lugar. Esta alteración se llama desprendimiento de la retina.
La retina puede estar seriamente dañada antes de que una persona siquiera note un cambio en la visión. La mayoría de las personas con retinopatía no proliferativa no presentan síntoma alguno. Incluso en el caso de la retinopatía proliferativa, que es la forma más peligrosa, a veces las personas no presentan síntomas hasta que es demasiado tarde para realizar un tratamiento. Por esa razón, es importante que un oftalmólogo examine sus ojos periódicamente.
Hay varios factores que influyen en la posible manifestación de la retinopatía: el control del nivel de azúcar en la sangre, los niveles de presión arterial, el tiempo que lleva con diabetes y los genes.
El tiempo de duración de la diabetes es directamente proporcional a las probabilidades de padecer retinopatía. Prácticamente todas las personas que padecen diabetes tipo 1 sufrirán en algún momento de retinopatía no proliferativa. Y la mayoría de las personas con diabetes tipo 2 también la padecerán. Pero la clase de retinopatía que destruye la visión, la retinopatía proliferativa, es mucho menos común.
Las personas que mantienen los niveles de glucemia más cerca de los parámetros normales, tienen menos probabilidades de sufrir de retinopatía o de padecer formas más leves.
-Etapas de la retinopatía diabética
La retinopatía diabética tiene cuatro etapas:
1. Retinopatía no proliferativa ligera. Esta es la etapa más temprana de la enfermedad en la que aparecen los microaneurismas. Estas son pequeñas áreas de inflamación, que parecen ampollas, en los pequeños vasos sanguíneos de la retina.
2. Retinopatía no proliferativa moderada. Según avanza la enfermedad, algunos vasos sanguíneos que alimentan la retina se obstruyen.
3. Retinopatía no proliferativa severa. En esta etapa muchos más vasos sanguíneos se bloquean, haciendo que varias partes de la retina dejen de recibir sangre. Entonces estas áreas de la retina envían señales al cuerpo para que haga crecer nuevos vasos sanguíneos.
4. Retinopatía proliferativa. En esta etapa avanzada, las señales enviadas por la retina para alimentarse causan el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos. Esto se llama la retinopatía proliferativa. Estos nuevos vasos sanguíneos son anormales y frágiles. Crecen a lo largo de la retina y de la superficie del gel vítreo, el gel incoloro que llena el interior del ojo